Completamos con esta segunda parte para que tengas un acercamiento al verdadero significado de este símbolo mundialmente conocido y pocas veces explicado en toda su extensión.
Significado no lingüístico de Om
Todo el jagat, el mundo manifiesto, es visto como uno; pero, de forma separada, podemos decir que tiene muchas formas. Cada una de estas formas puedes verlas como una cosa y si las miras de forma separada, encontrarás que cada una es la combinación de un montón de otras pequeñas cosas. Cada una tiene una forma y para cada una usamos un nombre. Incluso este cuerpo físico es uno, pero separadamente, tiene varias formas. Tenemos dos manos, dos piernas y así podríamos seguir. Entonces, en cada parte encontraríamos que hay muchas células. Estas células también son diferentes. Si tomamos las células, hay muchos tipos; células del hígado, células cerebrales, etc. Siguiendo este razonamiento, hay muchos componentes de la célula, DNA, etc. Por tanto, encontraras que vas obteniendo nuevos nombres porque hay diferentes formas dentro de cada una.
Todos los nombres y formas no están separadas del Señor. Ahora, quiero dar un nombre al Señor; un nombre por el cual pueda relacionarme con él. Con el fin de ver el significado e incluso comunicarme con él. Por tanto, ¿qué nombre (uno que incluya todas las formas) le debo dar? Cuando digo “vasija”, no es “silla”, no es “mesa”, ni “árbol”, ni “alfombra”; “vasija” sólo es una “vasija”. Ahora bien, el Señor es el único que es vasija, silla, mesa, árbol, alfombra…es todo. Por lo tanto, ¿qué debo hacer? ¡Tengo que recitar todo el diccionario! Pero, esto no es bastante. ¡Debes hacerlo para todos los idiomas! Cada idioma, cada dialecto tiene sus propios nombres y formas. Y existen un montón de objetos en el mundo que todavía no están descubiertos. Y seguimos descubriendo nuevos hechos para los cuales creamos nuevas palabras
En el lenguaje Sánscrito hay otro problema. El diccionario en Sánscrito es una excusa. Un diccionario de Sánscrito no es del todo un diccionario, porque el idioma Sánscrito está lleno de palabras compuestas y, puedes hacer compuestos todo el tiempo y cuando haces un compuesto es una palabra que es válida pero no está en el diccionario. Por tanto en Sánscrito, no podemos tener un diccionario completo y comprensible. Las posibilidades de las palabras son infinitas.
Lingüísticamente, dar un nombre al Señor —que es todas los nombres y formas— es una tarea imposible. Por tanto, olvidémonos del lenguaje. Tenemos otra explicación para Om, que no es lingüística. No miremos Om como una palabra. Contemplémoslo como algo puramente fonético.
Todos los nombres no son más que palabras. Todas las palabras no son más que letras, y todas las letras no son más que sonidos. Las letras y los alfabetos también difieren. En inglés, tienes de la “A” a la “Z”. En latín, comenzamos en “Alpha” y terminamos en “Omega”. En Sánscrito, va de la “a” a la “h”. Encontramos que las letras son únicas para cada lenguaje. Por tanto vamos más allá de las letras. Sobrepasamos todas las individualidades de los lenguajes
Más allá de las letras, un nombre se convierte en un grupo de sonidos. El francés, el árabe, el africano de una tribu, el académico en sánscrito o un brahmin de Boston; todos hacen sonidos. Especialmente cuando no sé un idioma, sólo oigo sonidos. En todos los idiomas, ciertos sonidos se repiten de manera característica en ese lenguaje.
Ahora bien, si un francés o un indio o cualquiera abre la boca para emitir un sonido, ¿cuál será? Cuando abres tu boca y emites un sonido, el sonido que se produce es “a”. Si cierras la boca y emites un sonido, entonces el sonido es “m”. No produces ningún otro sonido después. Y todos los demás sonidos se encuentran entre los sonidos “a” y “m”, tanto si son consonantes como vocales. Por tanto, queremos encontrar un sonido que represente a todos los demás, en el sentido que englobe todos los sonidos; redondea tus labios y emite un sonido. Será “o”. Ahora, podemos combinar estos tres sonidos que representan a todos los demás; “a” más “o” más “m” y tenemos entonces una palabra, que será “Om”, el nombre del Señor. Una vez que pronuncias “Om” has dicho todo.
Una vez que conoces el significado, “Om” se convierte en el nombre del Señor para ti. Ahora puedes invocarle y rezarle. Esto es por lo que muchas de las oraciones, recitaciones o mantras empiezan por “Om”.